Fue noche de ríos dibujados por su espalda. Y de pensamientos, imaginándose los dibujos que harían en la de él. Un chubasquero rojo quedó olvidado a los pies de una farola.
Se echaba de menos a sí misma. Suponía que ese era un problema al que debía dar bastante importancia (solo que no se la daba). Bailó para olvidar. O para recordar. O para ordenar sus pensamientos. Todo ello obtuvo un "hecho" aquella noche. Se empapó (a pesar de odiar la lluvia) y volvió contenta a su casa (o algo así).
Sería la futura culpable del resfriado del que enfermaría su almohada a causa del frío y mojado cabello con el que se había acostado. (Y se durmió contando los paréntesis que le había dedicado.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario